viernes, 15 de febrero de 2013

Proyecto Zamarrilla. Plaza Pública y Aparcamientos.

Proyecto de Plaza Publica y aparcamientos Zamarrilla. Javier Gamero Arquitecto y Asociados.


Esta zona adolece de muchas carencias de espacios libres y, lo que es peor, no tiene una identidad propia que la defina. 

La Ermita, que en el pasado estaba aislada extramuros de la ciudad, donde comenzaba el camino de Antequera, en la actualidad pasa desapercibida en el lateral de la calle y supone más bien un obstáculo en la estrechez que la separa del vial. Este hito que venía a señalar el final de la ciudad ha sido menospreciada por la calle y por todo el desarrollo que la ciudad conlleva y justamente hace falta que se le dé la importancia que requiere. Se necesita un espacio donde los mayores se puedan sentar apaciblemente, los niños pueda correr sin temer a los coches, los creyentes puedan celebrar sus actos religiosos y todo el vecindario pueda identificarse con orgullo de lo que fue su pasado. 

No sólo es necesario que cobre importancia los nuevos lugares comerciales de la ciudad como Muelle Uno y Avenida Antonio Machado, si no que debemos también dar opción a una de las antiguas grandes zonas comerciales de la capital, dotándola de una personalidad propia.

Hay dos nuevas circunstancias que permiten reinterpretar el entorno de la Ermita de Zamarrilla:

En primer lugar, su reciente rehabilitación que la consolida en su estado original. Y en segundo lugar, con la nueva organización del tráfico en la calle Mármoles y Martínez Maldonado como consecuencia de la incorporación del carril bici, hace que ya no tengamos una vía de trafico rodado que recorra en ambos sentidos estas calles, si no que se ven cortadas e intermitentes por las nuevas necesidades que implica tener una ruta continua para las bicicletas.

Entendemos, por tanto, que hay necesidad de poner en valor este espacio del centro histórico y que no sea una “ronda” de circulación donde se priorice el tráfico viario en vez del tránsito ciudadano. El tráfico en el interior de la población normalmente se ve interrumpido con los semáforos, rotondas e incorporaciones, donde la importancia no es la línea recta o la “falsa continuidad” que ella representa, sino que hay muchas acciones que le afectan, y sobre todo, los ciudadanos deben tener prioridad sobre los coches y no al revés. Propuestas como la que mostramos revitalizan y humanizan la ciudad y permite una parada en el recorrido de calles que en la actualidad se nos presenta monótono y con síntomas de una degradación evidente fruto del desarraigo. 

Así, la pregunta es muy fácil: queremos que nuestra ciudad sólo se desarrolle en las zonas nuevas o queremos rejuvenecer las zonas donde tienen el corazón nuestros vecinos de toda la vida?





No hay comentarios:

Publicar un comentario